Pensar en el rol de docente investigador, nos ubica en los tiempos donde el quehacer cotidiano del educador está condicionado por distintos factores; este momento del fenómeno estudiado conlleva a plantear según autores como Elena Achilli que las características del contexto alejan al docente de su trabajo reflexivo y crítico con el conocimiento. Pero no olvidemos que la investigación, a pesar de que a veces se oponen a ejercerla, lo que no ofrece es promover el estatus profesional del docente y la calidad educativa para los alumnos.
A continuación se presenta un documento meramente escrito con interés de resaltar si existe o no la posibilidad de ser un docente investigador en el aula. Para la realización de este trabajo se tuvo en cuenta ciertas entrevistas antes hechas a dos profesores, uno con más años de docencia que el otro. Las entrevistas nos ayudaran a la reflexión sobre la investigación educativa en el aula en el transcurso de los años. La lectura del texto nos guiará a la respuesta sobre si existe o no tal posibilidad en una institución educativa.
La investigación en el aula se centra en todo o en aspectos parciales de lo que ocurre dentro del aula. Cuando el docente investiga pone en funcionamiento todos sus conocimientos, ya desarrollados, sus experiencias y conceptos previos y los emplea para explorar y analizar determinados procesos facilitando la construcción del conocimiento y aprendizaje del alumno. Estos conocimientos también deberán permitir enfrentar, de la mejor manera posible, diversos retos emanados de situaciones recientemente generadas.
Así pues, la investigación educativa del docente en el aula, debe contribuir a desarrollar la capacidad de resolver problemas; generar en docentes y alumnos nuevas alternativas de soluciones ante situaciones tanto científicas como cotidianas. Mientras más coherencia tiene el docente entre lo que cree, siente, piensa y actúa más le satisface su práctica. Será evidente que la apertura a la innovación y a la reflexión sobre la práctica contribuirá a una buena labor docente. Consideremos, en efecto, que la investigación debe contribuir a generar procesos educativos necesarios para impulsar las dinámicas sociales que modifiquen las relaciones y los valores éticos de la población (Carlos Muñoz Izquierdo: Algunos problemas que actualmente requieren atención prioritaria en la investigación educativa de América latina).
Para analizar la situación de la investigación en el aula se optó por entrevistar a dos profesores. Generalizando la postura de uno de ellos, el que más años de docencia tiene, dijo no haber hecho nunca una investigación, pero si todos los días analizaba la situación de sus alumnos desde que entraba hasta que salía del curso. No sólo se interesaba en el aprendizaje sino que también en las miradas y formas de contestar de ellos, la actitud frente a él. La otra profesora con diez años de docencia reconoce que si bien está en constante relación con la investigación, es decir conocimiento del tema, en los años de profesión no llevó a cabo ninguna. Su explicación se basó en que los tiempos que tiene con los alumnos son puramente de enseñanza. Lo que ella destaca de estar en relación con alumnos es que puede analizar y hacer una crítica sobre su desempeño como educadora y el de sus estudiantes como aprendices. Explicaba que la manera en que medianamente puede investigar a los alumnos es con las evaluaciones sobre los contenidos conceptuales; por medio de éstos ella puede hacer una reflexión sobre su enseñanza: si la entienden o no cuando explica. También se interesa por el aprendizaje de sus alumnos de muchas maneras, tanto así que gusta de conversar con ellos cuando apenas comienza la clase, para incentivar al alumno y así poder saber e interpretar qué intereses tienen ellos sobre la escuela y la vida en si.
A manera de conclusión en la entrevista se preguntó también si ellos creen en la posibilidad de investigar en el aula, la respuesta de ambos docentes fue que No; en todo caso se podría hacer una pero siempre con ayuda de otros profesionales, ya que el profesor en el momento que enseña no puede ver otros aspectos de la clase.
La función que los docentes desempeñan a través de la investigación educativa es fundamental en el cambio e incertidumbre del mundo en el que vivimos, porque le permite analizar los contextos en los que desarrolla su actividad, planificar sus actuaciones y dar una ayudar a la adaptación de sus estudiantes a la sociedad. Agreguemos que las investigaciones por mínimas que sean generarán elementos curriculares, pedagógicos técnicos necesarios para elevar la calidad de enseñanza-aprendizaje en la institución en la que se realizó la investigación, y aportará datos y experiencias para mejorar la calidad educativa de otras instituciones. Contribuyen a pensar en otro tipo de escuela.
La respuesta a la pregunta inicial del trabajo es que sí se puede investigar, pero la única manera de hacerlo es a través del seguimiento al alumno día a día ayudando a solucionar y superar conflictos científicos y sociales diarios y futuros de ellos y de las otras personas que asisten a la institución.
U.E.P. N° 54 “Nstra. Sra. de la Misericordia”
Profesorado en Lengua para la EGB 3 y para la Educación Polimodal. Investigación Educativa II
Alumna: Natalia Truscello
A continuación se presenta un documento meramente escrito con interés de resaltar si existe o no la posibilidad de ser un docente investigador en el aula. Para la realización de este trabajo se tuvo en cuenta ciertas entrevistas antes hechas a dos profesores, uno con más años de docencia que el otro. Las entrevistas nos ayudaran a la reflexión sobre la investigación educativa en el aula en el transcurso de los años. La lectura del texto nos guiará a la respuesta sobre si existe o no tal posibilidad en una institución educativa.
La investigación en el aula se centra en todo o en aspectos parciales de lo que ocurre dentro del aula. Cuando el docente investiga pone en funcionamiento todos sus conocimientos, ya desarrollados, sus experiencias y conceptos previos y los emplea para explorar y analizar determinados procesos facilitando la construcción del conocimiento y aprendizaje del alumno. Estos conocimientos también deberán permitir enfrentar, de la mejor manera posible, diversos retos emanados de situaciones recientemente generadas.
Así pues, la investigación educativa del docente en el aula, debe contribuir a desarrollar la capacidad de resolver problemas; generar en docentes y alumnos nuevas alternativas de soluciones ante situaciones tanto científicas como cotidianas. Mientras más coherencia tiene el docente entre lo que cree, siente, piensa y actúa más le satisface su práctica. Será evidente que la apertura a la innovación y a la reflexión sobre la práctica contribuirá a una buena labor docente. Consideremos, en efecto, que la investigación debe contribuir a generar procesos educativos necesarios para impulsar las dinámicas sociales que modifiquen las relaciones y los valores éticos de la población (Carlos Muñoz Izquierdo: Algunos problemas que actualmente requieren atención prioritaria en la investigación educativa de América latina).
Para analizar la situación de la investigación en el aula se optó por entrevistar a dos profesores. Generalizando la postura de uno de ellos, el que más años de docencia tiene, dijo no haber hecho nunca una investigación, pero si todos los días analizaba la situación de sus alumnos desde que entraba hasta que salía del curso. No sólo se interesaba en el aprendizaje sino que también en las miradas y formas de contestar de ellos, la actitud frente a él. La otra profesora con diez años de docencia reconoce que si bien está en constante relación con la investigación, es decir conocimiento del tema, en los años de profesión no llevó a cabo ninguna. Su explicación se basó en que los tiempos que tiene con los alumnos son puramente de enseñanza. Lo que ella destaca de estar en relación con alumnos es que puede analizar y hacer una crítica sobre su desempeño como educadora y el de sus estudiantes como aprendices. Explicaba que la manera en que medianamente puede investigar a los alumnos es con las evaluaciones sobre los contenidos conceptuales; por medio de éstos ella puede hacer una reflexión sobre su enseñanza: si la entienden o no cuando explica. También se interesa por el aprendizaje de sus alumnos de muchas maneras, tanto así que gusta de conversar con ellos cuando apenas comienza la clase, para incentivar al alumno y así poder saber e interpretar qué intereses tienen ellos sobre la escuela y la vida en si.
A manera de conclusión en la entrevista se preguntó también si ellos creen en la posibilidad de investigar en el aula, la respuesta de ambos docentes fue que No; en todo caso se podría hacer una pero siempre con ayuda de otros profesionales, ya que el profesor en el momento que enseña no puede ver otros aspectos de la clase.
La función que los docentes desempeñan a través de la investigación educativa es fundamental en el cambio e incertidumbre del mundo en el que vivimos, porque le permite analizar los contextos en los que desarrolla su actividad, planificar sus actuaciones y dar una ayudar a la adaptación de sus estudiantes a la sociedad. Agreguemos que las investigaciones por mínimas que sean generarán elementos curriculares, pedagógicos técnicos necesarios para elevar la calidad de enseñanza-aprendizaje en la institución en la que se realizó la investigación, y aportará datos y experiencias para mejorar la calidad educativa de otras instituciones. Contribuyen a pensar en otro tipo de escuela.
La respuesta a la pregunta inicial del trabajo es que sí se puede investigar, pero la única manera de hacerlo es a través del seguimiento al alumno día a día ayudando a solucionar y superar conflictos científicos y sociales diarios y futuros de ellos y de las otras personas que asisten a la institución.
U.E.P. N° 54 “Nstra. Sra. de la Misericordia”
Profesorado en Lengua para la EGB 3 y para la Educación Polimodal. Investigación Educativa II
Alumna: Natalia Truscello